miércoles, 28 de enero de 2009

La peor historia de amor

Una serpiente estaba enamorada de un puercoespin. Este puercoespin amaba lo más freneticamente que podía a la serpiente.
Un día la serpiente le dijo al puercoespin:
- Quisiera ser gato, o tener brazos y manos para poder abrazarte.
A lo que el puercoespin le contesto:
- No pues te lastimaría con mis espinas.
- No puedes desear ser otra cosa - dijo la serpiente, ahora con brazos y manos de gato - para que te pueda abrazar.
- No, pues sólo te puedo amar siendo puercoespin. Siendo puercoespin me enamore de ti, y no se si siendo otra cosa te siga amanado. Quiero amarte siendo puercoespin.
Entonces la serpiente perdió sus brazos y manos de gato, se acurruco junto al puercoespin y durmio a su lado. Sin importarle las espinas en su costado.