lunes, 26 de marzo de 2007

Adios

Después de varios días de tristeza y lágrimas he reemprendido el vuelo. No he dejado la tristeza de lado, pero se que no vuelo sólo. Me acompañan los buenos deseos y oraciones de mis amigos. Pero sobretodo traigo con migo la luz de esa niña que me muestra la eternidad.

La noche es obscura, pero salpica de estrellas. Hace mucho que no volaba con tantas estrellas. Cada una es un recuerdo, una anécdota, de aquel que hoy le esta saliendo al paso a la inmortalidad.

Muchas cosas han pasado. He visto al más grande y fuerte de los osos llorar como un cachorro, he visto a la pequeña rata de los libros con una fortaleza que parece que es ella la que ahora nos cuida a todos, he visto al perro compartir los huesos que antes guardaba para sí mismo. Todos intentamos estar juntos, comunicarnos y apoyarnos.

El aire cruza por mis alas. Cuando el dolor de la herida, causada por una rama, vuelve aparecer una serie de ideas cruzan por mi cabeza. Ahora quien preparara el bacalao en navidad, a quien me encontrare sentadito en el banco de su odiada papelería, quien nos contara la anécdota del utilero pendejo en el cine, quien hará el ultimo brindis en los momentos especiales, quien se quejara de los malos jugadores de fut que no meten gol a dos metros de la portería, quien se preocupara por cada uno de sus nietos, quien nos recordara la importancia de los antiguos valores en que su generación confiaba y que tanta falta nos hacen, quien se quejara de los malos políticos que sólo se enriquecen, quien nos invitara a jugar domino con sus amigos que le sobreviven… pero sobre todo… ahora quien, con lágrimas en los ojos, le agradecerá a Dios por la familia que logro formar.

Nunca olvidare al hombre más fuerte que en veinte años conocí. Toda su vida fue una batalla, y sin importar lo difícil del reto (y tomen mi palabra, fueron muy difíciles) con trabajo, fuerza y Dios a su lado los venció todos.

No debo dejar de volar. Su camino esta acabando pero el mío esta empezando. Volare con sus enseñanzas en la mente, con su fuerza en mis alas, con su conciencia en la mía… y con su imagen como horizonte.

3 comentarios:

Zoon Romanticón dijo...

Vuelo contigo. No hay mayor prueba de la vida bien lograda que las lágrimas en la despedida: por el malo no se llora, por el mediocre no se llora, por las sombras no se llora.

Entiendo tu dolor, aunque sólo desde el mío.

Mientras mantengamos viva su enseñanza el vuelo seguirá por buen camino.

Un abrazo, compañero.

Anónimo dijo...

Sin palabras... realmente (y para variar) no sé qué decirte... Sabía que ibas a volar de nuevo, eres fuerte, incluso más de lo que tú te concedes... Y sí, como alguna vez me dijiste, hablo de la muerte como una teoría ya que nunca la he vivido (paradójico no? jaja), pero sí el dolor, sí la decesperación y sí el sentirse perdido... y aún así, sigue habiendo un mañana...

Te quiero Gorgias, y cuando te canses de volar, recuerda que prometiste llevarme en tus alas...

Anónimo dijo...

En las más cálidas manos descansa el viajero de eones.
La Eternidad le acogerá bien y de eso no noto duda en tus enormes ojos, buhíco compañero... honra ahora a dicho n(h)ombre con la majestuosidad de tu nocturno vuelo con el requiem del viento bajo tus alas.